sábado, 24 de julio de 2010

ME QUEDAS TÚ, NUEVA YORK


Este poema lo escribí hace unos años cuando viajé y descubrí la ciudad de Nueva York, de la que tengo un recuerdo maravilloso.

La imagen que lo acompaña es un cuadro de una estupenda escritora y pintora de la que he hablado anteriormente Cristina Bergoglio.


Hasta septiembre. Feliz verano!!!!



Nueva York se viste
con ojos de fuego.
Se plasma en mi piel
como un viejo pergamino,
un tatuaje radiante
de estrellas vaporosas.

Nueva York se despierta
eterna, cada mañana,
con la fuerza del rayo,
golpeando salvaje el sueño
de miles de turistas.
Se prepara el desayuno
en la fragua de las calles,
hervideros de pizzas,
hamburguesas y hot-dogs.
Olores agonizantes se agitan
con violencia por las rejillas
de los metros y se quedan.
El aire viciado camina
penetrante, sin permiso,
por mi cabeza atormentada.

Soy un anuncio eléctrico
del mágico Broadway.
Estoy pegada, sin saberlo,
al sol artificial de la mañana.
Después me desenredo
de los cables que me atan.
Tengo el cuerpo malherido.
Estoy atravesada de fulgor.
Yo ya no soy yo, sino una huella
latente de vida nueva,
un rostro perdido
en la inmensidad del asfalto.

Sombra y muerte constante.
Luz nueva y vida.
Soledad y compañía
en una ciudad dominada
por las pasiones, los vicios
y la locura del juppie.

Nueva York es la gran fiesta.
La juerga inacabada
que barre avenidas enteras
de coches de lujo
y taxis hambrientos.

El aire vibra descomunal
azotando esquinas de hierro.
Acaricia las farolas,
antorchas diamantinas,
y penetra con esmero,
a través de edificios colosales.

La vista se me pierde.
Se adelgaza y se estira.
Se empapa de colores
hasta la saciedad enervada,
chorreando matices
y encendiendo antorchas.

Mi aliento se retiene
a cada instante, oscuro.
Te respiro imparable
con los pulmones encharcados
de humo y cenizas.
Casi me asombro de vivirte,
de tenerte entre mis brazos,
escurridiza siempre,
inacabable, imperfecta.

Nueva York es una sorpresa
de música y cine.
Escenarios de colores.
Brillo de estrellas
cantando y bailando
a ritmo de jazz y blues.
La ronca voz de un negro
tiembla en la garganta
y se agita entre mis venas.
¿Es llanto, es pena o gozo
salvaje de un alma rota?
Y desde ese bar maltrecho
te añoro, ¡tan lejos!

El humo colgado de blanco
se hunde en mi noche,
En sigilo y muy despacio.
me rompe en pedazos.
¡No puedo olvidarte!
Quiero perderme
en las aceras de esta extraña
ciudad que me persigue;
pero tu sombra me rodea.

Tu recuerdo palpable
en Central Park me adivina
que no estoy sola.
Me gustaría coger esa nube
de la bella “Promenade”
y regalártela mañana.
O llevarme la luna
del puente de Brooklyn
y pegarla a tu cuerpo.

Y no estás aquí, ni nunca.
Sólo eres un sueño
que se va muriendo
entre estaciones de metro,
atrapando semáforos
y letreros incandescentes.

Pero me quedas tú,
Nueva York,
locura de mis sentidos.
Por unos días me perteneces.
Te llevaré conmigo
y adivinaré tu alma peregrina.
Me embriagaré con tus luces.
Tus largas manos
me envolverán en silencio,
y volveré a la vida.

Micaela

Imagen: "El río Hudson" de Cristina Bergoglio

viernes, 16 de julio de 2010

MADRE SAHARAUI

El pasado sábado 10 de julio, participé en un recital de poesía en El Prat dedicado a los niños del Sáhara que vienen a pasar sus vacaciones aquí. Fue un acto muy emotivo y me siento muy contenta de haber participado en este proyecto, en forma de antología formada por 24 poetas y la participación de dos niñas de 7 y 8 años.
La imagen corresponde una vez más a un cuadro titulado "Juegos de ilusión", realizado por mi amiga pintora Nuria Parra Cátedra.
Os dejo con uno de mis poemas antologados:


No conozco esta tierra que te alimenta,
pero sé de tu sufrimiento,
de tus llagas y heridas
y tus ojos de tristeza ahogada
en medio del desierto.

Tus manos polvorientas cuidan
las pieles desnudas de tus cinco hijos
que lloran cada mañana sus miserias.

No tienes nada que ofrecerles,
quizá un
besomariposa
que acaricie sus lánguidos cabellos
y sus fláccidos cuerpos entre piedras.
Pero siguen sonriendo, con la luz
marchita de tantos otoños silenciosos.

Agua y desierto.
Luna desolada que brillas
en la inmensidad de este océano amarillo.
Tan lejos del mundo,
tan cerca del miedo.

Sólo esperas que Alá
te regale un nuevo día
para abrazar a tus niñossoles.

Micaela

lunes, 5 de julio de 2010

EL ÚLTIMO CANTO


Quirófano de operaciones.
Cuatro doctores te abren las pieles
mientras las enfermeras
corren alrededor de tu cuerpo
con gasas, oxígeno y sangre.

No te quieres ir…
Quieres seguir respirando
el sol y las flores
como un hermoso incendio
en la manzana de Nueva York.

Te seduce el olor de los nardos,
el mar abierto de Cantabria
y esa lluvia que arrecia los cristales.

Tu corazón se debilita…
No pueden hacer nada por salvarte.

Tu alma ha volado junto al pájaro
de la vieja esquina, para cantar
su último alegato.

Micaela